El hombre está dormido. Dormido nace, dormido vive y dormido muere. La vida para él es sólo un sueño del que nunca despierta.
Estamos viviendo, me atrevería a decir que cada vez más, en un mundo de seres que pasan sus vidas "dormidos", los "reyes del mundo" siempre han dedicado todo su esfuerzo para que esto sea y continúe siendo así: Un mundo de zombies es fácilmente manipulable.
De esta manera vemos como mayormente el mundo está habitado por gente que se mueve dentro de un crepúsculo de conciencia, sin embargo nunca podrían soportar que les insinuasen tal cosa, porque todos imaginan que están despiertos, tal como imaginan firmemente que son libres.
Nunca digas a un hombre que no es libre, porque cuanto más ignorante sea más libre se creerá.
Como ya escribía hace más de mil años Juan de Jerusalén, en su "Protocolo Secreto", al referirse a esta nuestra época:
"Cuando empiece el año mil
que sigue al año mil,
reinarán los soberanos sin fe; mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas;
esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques.
Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos; nadie participará en las asambleas de su orden;
todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros;
sólo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas, pero también serán vencidos y quemados vivos."
Vivimos en mundo dormido, con gente que camina "dormida" por las calles, se sientan "dormidos" en oficinas gubernamentales, se alimentan "dormidos", trabajan "dormidos", dirigen "dormidos" asuntos de Estado, se precipitan a los lugares en donde tienen que depositar sus votos y lo hacen "dormidos", imparten justicia desde los estrados "dormidos", dan órdenes "dormidos", escriben libros "dormidos", hacen un sinfin de cosas, todas ellas en estado de sueño.
Dentro de ese sueño nuestras reacciones son mecánicas. Al igual como sucede en el sueño nocturno, en el que muchas de nuestras facultades se mantienen latentes, funcionando en forma automática mientras orgánicamente nuestro cuerpo y mente consciente descansan disminuyendo su actividad.
Cuando entramos en el sueño primero desaparecen la sensaciones corporales, mientras el cerebro disminuye la frecuencia de su actividad eléctrica, la respiración se vuelve más lenta, también se reduce el número de pulsaciones. Diríamos que durante el sueño el cuerpo está hibernado, funcionando "solo", ajeno a nuestra conciencia, tal como una máquina mantiene su funcionamiento en forma mecánica, ajeno a nuestra voluntad. Mientras tanto la mente divaga en ensoñaciones.
Contrariamente a lo que en un alto grado casi todos pensamos esa mecanicidad se prolonga durante la vigilia, por esta razón la inteligencia creadora desarrolló como instinto de supervivencia, el mecanismo del dolor. Como sucede a los fusibles de protección de las máquinas, que se queman para evitar su destrucción, tal sucede en el hombre, cuando una emergencia lo requiere, un cierto malestar o dolor le mantiene alerta, permitiendole, en parte, romper el mecánico automatismo que lo mantiene viviendo en el sueño.
Igual como sucede en estado de sueño profundo, que nuestra reacción es muy pobre ante un peligro que nos obligue a actuar tomando decisiones... le sucede al hombre común: Está "dormido", y como las máquinas, sometido a la inercia de los acontecimientos. Así todo "le sucede", sus decisiones son mecánicas, da igual la labor que tenga asignada, es una labor que realiza "dormido", una labor mecánica, la propia de una máquina, que repite una y otra vez el mismo esquema de trabajo siguiendo patrones repetitivos y cíclicos.
El hombre que yace nocturnamente en su lecho, no es consciente de su cuerpo ni de los movimientos mecánicos y rítmicos que este entraña. Así los "hombres dormidos" bajo similares patrones mecánicos, responden al estímulo siempre de forma automática, por lo que cualquier acción o incidente provoca en ellos similares reacciones que resultan directamente proporcionales a la intensidad del estímulo.
Es por ello que nos volvemos vulnerables a las fuerzas sutiles que rodean nuestro mundo, canalizamos nuestras reacciones automáticamente, y en condiciones extremas, prácticamente reaccionamos igual, en forma grupal, tal como lo harían un conjunto de máquinas sometidas en un determinado medio, a idéntica presión y exigencia de trabajo.
Esa es la razón por la que la Astrología funciona en un alto porcentaje, porque al hombre común, el "hombre dormido", "todo le sucede", ya que es incapaz de tomar las riendas de su destino, se comporta tal como la roca que se desprende y rueda por la ladera, sigue la dirección más fácil, la que se espera que siga, y finalmente se detiene.
Pocos hombres, cada vez menos, quieren trabajar sobre si mismos, dispuestos a realizar el esfuerzo ingrato que se requiere para llegar a ver y sentir finalmente, y con todo el peso de los sentidos, que en verdad se es una máquina. pero es justo cuando sabe con certeza que es una máquina, que puede empezar a tratar de dejar de serlo...porque una máquina no sabe que es una máquina, cuando lo sabe es que ya ha empezado a dejar de serlo.
Por contra el hombre que llamamos "normal" jamás se observa, ni realiza ningún esfuerzo para percibir su propia mecanicidad, por lo tanto no llega a saber jamás que es una máquina y sin embargo se comporta como tal, interpretando la misma partitura...... en ese mundo dormido, con gente que camina por las calles "dormidos", se sientan en las oficinas gubernamentales "dormidos", se alimentan "dormidos", trabajan "dormidos", dirigen asuntos de Estado "dormidos", se precipitan a los lugares en donde tienen que depositar sus votos y lo hacen "dormidos", imparten justicia desde los estrados "dormidos", dan órdenes "dormidos", escriben libros "dormidos", hace un sinfin de cosas, todas ellas en estado de sueño.
Por eso la Astrologia funciona en un alto porcentaje proporcional al numero de humanos que vivimos en el sueño de las máquinas interpretando la misma partitura.., pero cuando una máquina sabe que lo es, ya ha comenzado a poder intentar dejar de serlo, y como consecuencia puede tratar de escapar a esa sutil influencia.