En España, el que es mi país, aunque yo prefiera sentirme como ciudadano del mundo, quienes controlan arriba, hacen y deshacen las cosas a su antojo.
Ya lo dijo en su día Franco, "que dejaba todo atado y bien atado."
Mientras tanto la población, que es tratada como un verdadero rebaño de ovejas, conducido por una jauría de lobos que la estuviese dirigiendo al abismo, permanece cruzada de brazos prefiriendo dejarse llevar y huir de los problemas, que enfrentar su propia y cruda realidad.
Una población embrutecida que no sólo ya es incapaz de tomar las riendas de su propio destino, sino también de asumir su propia responsabilidad en lo que viene sucediendo, que debido a su absoluta y abyecta ignorancia e irresponsabilidad ha elevado, mediante la charlotada electoral que denominamos solemnemente Elecciones, a la condición de amos a los que ratificados con esos votos que ha entregado como un cheque en blanco, se convierten de facto en sus dueños y señores, no solamente de sus vidas y de las que de ellos dependen, sino también de su destino. Unos amos que una vez investidos de la autoridad que les hemos entregado gratuitamente, pasan inmediatamente a tramar las medidas que les ordenan poner en marcha quienes les manejan como títeres. Unas medidas de control y recortes que seguramente han sido cuidadosamente planeadas y que a buen seguro atentan contra nuestros más básico derechos y legítimos intereses. Una estrategia de dominio que con toda probabilidad ya están cociendo de forma imperceptible bajo nuestros pies.
Esa misma población engañada que les ha lanzado a la fama y al dinero fácil, que han obtenido a su costa, que ha sido convenientemente adiestrada, maniatada ideológica y mediaticamente , y a la que de forma sistemática pero imperceptible han convencido de que es libre, y vive en el mejor de los mundos y sistemas posibles, una Democracia inexistente, donde es dueña de su destino, aunque en realidad solo cuenta, cada cuatro años, para legitimar en las urnas los desmanes de los que ha convertido en sus señores.
Esa población que han convertido en conformista y silenciosa, condicionándola para que deje de luchar por lo que serian sus reales y lógicos intereses, y a la que prácticamente a diario se le pisotean sus derechos, es entretenida en su viaje al matadero, mientras en ese trayecto felices, van recogiendo las migajas sobrantes que por accidente caen al suelo desde las mesas de sus amos, los que le transmiten la condición de inferioridad que les convierte irremediablemente en esclavos que ya asumen como real cualquier noticia o comunicado falso que viene convenientemente adornado y lanzado desde arriba, prefabricado y finalmente vomitado por la gran fábrica de mentiras en la que se han convertido hoy los mass media, (puras correas de distribución, de los que sin escrúpulo alguno dirigen alienantes métodos de lavado colectivo de cerebros). para ser consumido de inmediato .
Unos medios dirigidos de forma implacable contra la indefensa población, por parte precisamente de aquellos que esa misma población ha elevado, mediante sus votos, a la condición de sus amos, amos que sirven a intereses que ellos consideran superiores, que han sido cuidadosamente planeados y convenientemente ocultados hasta el momento exacto de su aplicación, y muy distintos, a menudo contrarios a los intereses de lo que ellos en sus reuniones cerradas despectivamente denominan como la masa sucia, compuesta por todos nosotros, los ciudadanos de a pie. Una masa humana, a la que han sabido convertir poco a poco y de forma imperceptible en sus esclavos, pervirtiendo su percepción, para que lleguen a percibirles, como consecuencia de un claro síndrome de Estocolmo, como sus protectores, y a los que sin apenas darse cuenta, han acabado barriendo a diario y sin rechistar su casa, la guarida de estos amos, verdadera escoria humana a la que ciegamente servimos a cambio de un escaso plato de lentejas, cuando esos mismos les están robando a diario lo más preciado que poseen, su propia condición y potencial humanos, ocupados en pervertir y destruir cualquier valor que aún pueda restar en nuestra maltrecha sociedad que aún resulte honorable y doblegando nuestra voluntad y capacidad de pensar y de elegir mediante sus infectas campañas publicitarias dirigidas al consumismo más voraz absoluto y alienante.
Mientras tanto, ellos se frotan las manos, apoderándose y acumulando todo el "grano" que producimos para su propio y exclusivo disfrute, los que han convertido con su propia colaboración en sus voluntarios y autoesclavizados sirvientes,
En verdad que no aprendemos. Nos comportamos como aquel que estaba buscando a su burro por todas partes sin encontrarlo, porque no se había dado cuenta que estaba sentado justo encima de él, o como aquellos idiotas que cuando se está señalando a la Luna, prefieren mirar el dedo.
Hay que despertar del largo letargo aunque en ello nos cueste la vida y elevar nuestra ya erróneamente asumida posición de postración y entrega, más propia de las bestias, en las que pretenden convertirnos, que de los hombres, hasta alcanzar la verdadera condición humana, caracterizada por pensar con nuestro propio cerebro, en lugar de con el cerebro ajeno, lo que nos va a permitir alzarnos y desde nuestra nueva posición erguida, ver con más claridad y perspectiva el horizonte que nos rodea, permitiéndonos así la posibilidad de poder legar a ser verdaderamente libres.
Eso sólo va ha suceder si nos decidimos a dejar de hincar más nuestras rodillas ante los que sólo son nuestros carceleros mentales y nuestros explotadores.
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